Queridos hermanos y hermanas,
Celebrando la fiesta de Pentecostés, os invito a todos a rezar y a pedir a Dios que nos conceda los dones del Espíritu Santo, para que vivamos nuestra vocación y nuestro espíritu fraterno, y sirvamos a las fraternidades y a los que necesitan nuestro servicio, de una manera siempre mejor. Pidamos los siete dones del Espíritu Santo centrados ahora en la vida fraterna, en nuestra vocación, en nuestra identidad.